Si algo es precario, entendemos que es frágil, que tiene un armado provisorio, o que sufre inestabilidad. Se llama precaria a una casilla de chapa, a una emocionalidad lábil y a unos ingresos insuficientes. A un castillo de naipes, a una conexión trucha y a un contrato provisorio.
Lo que no advierte el sentido común de lo precario es que es una producción. Lo precario es una construcción a medio hacer, pero así como creeríamos que le falta media construcción, así advirtamos que tiene media construcción. Construye instituciones, subjetividad, relaciones y representaciones precarias y fluidas.
La precariedad es una operatoria que produce precariedades. Pensarla nos da una clave de la operatoria que toleramos y da forma a nuestra vida en tiempos de capitalismo financiero. Pero podemos hacernos tiempo para percibir contra-operaciones para habitar un acá sin tanto anhelar el allá. Tiempo común para la posibilidad de lo común.
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